Desde muy pequeño amaba bailar. Recuerdo que pasaba horas frente al espejo bailando música que colocaba en el equipo. Sentía que me energizaba y colocaba en un estado inmenso de alegría.

Cuando fui creciendo en mi colegio primario, probé con las danzas judías, que en aquel momento, a todo hombre que intentase bailarlas, se lo catalogaba de “maricón”. En aquel momento ese mote me dolía ya que era un niño y muy sensible a la critica de los demás. Cuando tuve 18 años comencé un hermoso camino de experimentación con la danza, que me llevó a bailar salsa durante 18 años. También experimenté con la danza de los 5 ritmos y  el sistema Milderman, llegando a crear mi propia fusión de salsa con danzaterapia y bioenergética.

También me he permitido estar en clases de zumba o latino en un gym, cuando deseo perder peso siguiendo a otros, donde soy el único hombre entre 25 mujeres. ¿Por qué los hombres danzamos tan poco? La vedad no lo sé. En este país, parecería que bailar libremente se da en mujeres u  hombres que ingieran el coctel de éxtasis con alcohol. Danzar es hermoso. Pude conocer muchas mujeres. Aprendí a bailar con ellas y llevarlas a un paso que sea agradable y excitante para ambos. Así como también conectarme con danzar a solas y mi propia energía.

Acorde a mi experiencia de más de 17 años de bailar en pareja e ir a bailar salsa, una mujer adora a un hombre que sabe moverse y bailar de manera armónica con ella, sin intentar dominarla ni ser dominado, simplemente acoplándose desde su energía y permitiendo fluir. ¿Cómo sé esas cosas? Simplemente porque me permito hacer lo que me gusta, que es bailar y dejarme fluir. Es mucho más fuerte este deseo que pensar si bailo bien, si encajaré o cualquier crítica que salga de mi mente. ¿Te pemitís danzar en tu vida o jugar de manera que se exprese tu niño interior? ¿O te decís a vos misma/o que solo cuando lo hagas de manera correcta? Creeme que es una de las maneras más terapéuticas de sanarnos y expandir nuestra alegría y energía.

Pablo Nachtigall – Psicólogo y capacitador