Muchas depresiones, resentimientos y principalmente, el sentirnos victimas de las personas o situaciones, proviene de permanecer en un estado de oscuridad e inconciencia en el que no nos hacemos cargo de lo que nos pasa.

En el tarot junguiano, este estado corresponde al arcano mayor El Diablo, y es la carta más oscura del tarot. El Diablo no tiene nada que ver con una entidad maléfica que nos posee ni tiene connotaciones religiosas, sino, se refiere a estar a oscuras, no hacernos cargo de nuestra sombra y por ende, creer que la culpa está afuera y es el mundo (la pareja, el trabajo, el país, la situación económica, la familia, etc.) quien “nos domina” y controla. A nivel psicológico, cuando recibo personas en ese estado, sé que están sufriendo mucho ya que se la pasan rumiando ideas negativas en forma obsesiva.

El Diablo es un arcano atemorizante que también  nos conecta con la materia y el sexo. ¿Cómo te sentís con tu sexualidad? ¿Sos una persona materialista? ¿solés incurrir en vicios y excesos? Toda esa energía densa corresponde a este estado de El Diablo. Aunque también nos da la oportunidad de reconocer nuestra oscuridad y aceptarla concientemente. Muchas veces El Diablo indica que tenemos temas pendientes con nuestra sexualidad ya que podemos reprimirla o considerarla a nivel profundo como algo sucio que nos genera culpa.

tarot-el-diabloQuién está realizando un trabajo personal de hacerse cargo de sus propios conflictos y emociones reprimidas, puede sentirse a oscuras pero termina iluminando su vida. Quien abraza su oscuridad se vuelve una persona más vital, conciente, sabia, plena y atractiva. Quien decide permanecer con sus enojos, dolores y sentimientos de tristeza sin hacer algo al respecto, termina oscureciendo su vida de manera que se siente una victima de la vida. Es una decisión personal. Ya que el arcano de El Diablo es juguetón y nos recuerda que somos nosotros quienes elegimos permanecer bajo su influjo, y también que somos nosotros quienes podemos sacudirnos y volvernos los protagonistas de nuestra propia vida.

Lic. Pablo Nachtigall